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El discurso de Almagro: A propósito del Consenso

Actualizado: 25 jun 2020


En una extensa y sentimental perorata, Almagro le dedicó un largo párrafo a los consensos, apelando sobre todo a la idea bien/mal o correcto/incorrecto.

Para ello, usó las dicotomías acción/inacción, resultados/parálisis, más/menos, avanzar en principios/erosionarlos, defender presos políticos/ignorarlos, protección de torturados/abandono, impunidad/castigo, democracia/dictadura, desarrollo/crisis humanitaria, seguridad/criminalidad.


Acción/inacción

Consensos en la acción, no en la inacción”. Mencionó dos veces la idea de una OEA en acción. Una organización que participa activamente en los problemas regionales, con un líder firme, un hombre de acción que no tiene dudas ni temor en tomar decisiones difíciles. Una propuesta muy similar a la construcción de los liderazgos masculinos conservadores, desde el Ronald Reagan de los '80 hasta Bolsonaro, Macri o Trump. Hombres fuertes, decididos, que actúan si hay que actuar. Que no dudan.

Sin embargo, en los hechos, Almagro y la OEA buscaron consensos en la acción cuando la política exterior de la Casa Blanca lo necesitaba (Venezuela), en otras miraron para otro lado de forma casi descarada (Chile, Brasil, Ecuador, etc.), y por último no dudaron en buscar acción (Bolivia). Y es precisamente por eso que la frase toma relevancia: OEA pasó a la acción con Almagro presionando a Venezuela o facilitando el escenario para el golpe militar en Bolivia. Y lo hizo con respaldo de la Casa Blanca, del Grupo Lima y otros países. ¿A eso se refiere con consensos en la acción?


Resultados/parálisis

Consenso para lograr resultados, no para paralizarnos”. Sigue la misma línea que la dicotomía acción/inacción. El planteo de una OEA participativa y protagonista en los conflictos regionales, ya no como un espacio para que las naciones integrantes diriman sus diferencias, sino como una forjadora de acuerdos.

La OEA definitivamente pasa a la acción para lograr los resultados deseados (¿deseados por quién?, esa es la gran duda), ya consolidada como el único espacio institucional, luego de que los gobiernos conservadores del conosur y la avanzada anti Venezuela del Pacífico se desayunaran a Unasur.

Más/menos

Consenso para ser más, no para ser menos”. Luego del llamado a la acción, el llamado a todos los socios. A un consenso total en pos de luchar por los ideales planteados por Almagro en una propuesta verticalista, que distingue el bien del mal antes de plantear el consenso. El ingreso a ese consenso para ser más es la aceptación de qué es lo correcto, planteada por el secretario general, que la discusión sobre qué es lo correcto.

Así, por supuesto, el consenso no es más que declarativo.


Principios/erosión de principios

Consenso para avanzar en principios, y no para erosionarlos”. La defensa del Estado de derecho, de la democracia, justamente alude a la defensa de los principios. Sin embargo, como veremos, hay una peligrosa indefinición sobre cuáles son esos derechos. De hecho, en líneas generales, el discurso no soporta más de una pregunta. Cuando surgen preguntas básicas como cuál, cómo, qué o por qué, el discurso naufraga en inexactitudes. Pero si se realiza un análisis relacionando las actuaciones y las declaraciones de Almagro, está claro que cualquier mención a un sistema dictatorial, a la erosión de derechos o a la tortura de inocentes, tiene un solo objetivo: Venezuela.


Defender presos políticos/ignorarlos

Consenso para defender a los presos políticos y no para ignorarlos”. La comparación más evidente. No una, no dos, muchas veces, Almagro instó a Venezuela a liberar presos políticos. Es más, un estudio realizado sobre la cuenta de Twitter del líder regional (1) reveló lo que un seguimiento más informal ya advertía: Almagro tiene la misión de terminar con el gobierno de Maduro.

La alusión a los presos políticos abre la saga de los consensos para voltear a Venezuela, que, una vez más, refuerza la idea de una OEA en acción.

En esta frase, Almagro insta de forma directa y tangible a los demás gobiernos a unirse para actuar contra Venezuela.


Protección de torturados/abandono

Consenso para proteger a los torturados y no abandonarlos a su suerte”. Igual que el caso anterior, el objeto de esta comparación es Venezuela. Almagro también pidió en varias oportunidades por la investigación de torturas de opositores en Venezuela. Incluso, acusó también a Cuba por apoyar esas presuntas torturas y pidió la participación de la Corte Penal Internacional (2). No sucedió lo mismo con Chile, donde pese a las constantes denuncias de violaciones sistemáticas de detenidas, detenciones arbitrarias, torturas y otras gravísimas violaciones a los derechos humanos ocurridas durante las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera, el titular de la OEA no sólo respaldó al gobierno, sino que felicitó públicamente a Piñera porque “en el marco del Estado de derecho, de la preservación de la democracia, ha defendido con eficiencia el orden público, al mismo tiempo que tomaba especiales medidas para garantizar los derechos humanos" (3).

La relación entre su discurso y su acción política demuestra entonces que el consenso para actuar en defensa de los derechos humanos sigue a la afiliación ideológica o a la coincidencia de objetivos geopolíticos.

En Bolivia y Brasil no hubo golpe de Estado, Chile no viola los derechos humanos con su represión a las movilizaciones, en Ecuador la culpa es de Correa, etcétera.


Impunidad/castigo

Consenso para que no haya impunidad ni para crímenes de lesa humanidad, ni para la corrupción”. Otra vez Venezuela. El 8 de abril, Almagro volvió a presionar a la Corte Penal, pidiendo impunidad Cero por los crímenes cometidos por el gobierno de Nicolás Maduro: “Estoy en contra de la impunidad que puede haber en violaciones de los derechos humanos. En contra de la impunidad en los crímenes de lesa humanidad. En contra de los casos de corrupción, impunidad para narcotraficantes. La impunidad ha sido uno de los peores males que hemos tenido en el hemisferio (…). Creo que definitivamente todas personas son inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad. Y la justicia en estos casos siempre va a tener un brazo largo para llegar hasta los que han sido responsables de esos crímenes en Venezuela” (4).

De nuevo, recurriendo a la misma noción de consenso para ejercer presión sobre un país. Al margen de los cuestionamientos o las opiniones en torno a Venezuela, en estos cinco años Almagro ha realizado un trabajo constante y sistemático de desestabilización sobre Venezuela, pero ha ahorrado, como se vio en el párrafo anterior, críticas a países amigos, precisamente los integrantes de esa homogénea concepción de consenso.

Otra cuestión llamativa de esta frase es que puso en el mismo grado a los crímenes de lesa humanidad que a la corrupción. Es cierto, la corrupción es un problema y sus efectos pueden ser graves, pero ¿equipararla con los crímenes de lesa humanidad?

Siguiendo con el análisis en paralelo del contexto, surge la pregunta retórica: ¿cuál es la principal acusación sobre los gobiernos progresistas latinoamericanos?, ¿cuál fue el efecto del lawfare y de la condena mediática sobre la percepción del público?

Cuidado, no es por simplificar procesos políticos y sociales complejos, pero la igualación entre la corrupción, identificada con los líderes populares que estuvieron en gobierno por buena parte de los votantes latinoamericanos, y crímenes gravísimos no es casualidad.


Democracia/dictadura

Consenso en torno a la democracia, no en torno a las dictaduras“. El mástil sobre el que se sostiene todo su discurso. La gran dicotomía, la del le guste a quien le guste, la del desafío abierto. Almagro impulsa la democracia, aún lacerando la democracia.

Como concepto, el consenso es el resultante de un acuerdo alcanzado por un grupo determinado. Por definición, no hay condiciones en el consenso, sino que hay resultados. Y el gran consenso, de acuerdo a nuestra construcción política, es la democracia. Pero Almagro condiciona el consenso con la dicotomía democracia/dictadura, que no tiene nada de extraño, dado que alrededor de la democracia sí que hay un consenso generalizado en todo el mundo, al menos desde lo declarativo, pero que toma otro significado si se analiza el contexto y el modo con que Almagro usa el término, ni qué hablar su acción política.

La contradicción radica precisamente en la relación entre la acción política, el modo en que plantea el consenso y el verdadero significado de consenso y de democracia.

¿Contradictorio? Sí. ¿Le importa? No.


Desarrollo/crisis humanitaria

Consenso en torno al desarrollo, no a las malas prácticas que llevan a las crisis humanitarias”. El mismo objetivo. En el caso de la crisis humanitaria, Almagro utilizó otra oposición: aumento de sanciones a Venezuela/ayuda humanitaria (5). Evidentemente, todo su discurso sobre el desarrollo y el progreso se opone a la crisis humanitaria, que el dirigente encuentra solamente en Venezuela, pero no solamente por Venezuela, no sólo porque uno de sus objetivos prioritarios es derrocar a Maduro (a juzgar por su acción política), sino porque necesita a la personificación del mal para construir toda su noción de bien y mal.

No hay bien sin mal. Almagro, Estados Unidos, la derecha (cualquier movimiento político, en realidad), necesita una oposición que encarne al contra modelo. Almagro se apropia de los conceptos más elevados y consensuadamente aceptados, como democracia, diálogo, derechos humanos, hasta feminismo, y sitúa a Venezuela en el otro extremo, en el lugar de los antónimos.

Pero no solamente por Venezuela, sino por la identificación que implica la existencia de una Venezuela.

Así, Venezuela funge como comparativo odioso, pero sobre todo como asociación, como la línea entre lo deseable y lo indeseable, entre lo correcto y lo incorrecto, entre cada una de las dicotomías planteadas. ¿Y quién dibuja esa línea? Ahí está la cuestión.

En este caso, y cerrando el humilde silogismo, las prácticas que llevan a las crisis humanitarias son practicadas en Venezuela, entonces para que haya desarrollo, hay que cambiar a Venezuela y todo lo que se parezca a ella.


Seguridad/criminalidad

Consenso en torno a la seguridad, y no a los vínculos criminales del Estado con el narcotráfico y la corrupción”. Esta declaración es por demás interesante, pues en estos años solamente relacionó a Venezuela con el narcotráfico (6) y no hizo mención de Colombia, donde la producción de cocaína ha crecido recientemente, según Naciones Unidas (7).

Es posiblemente una de las declaraciones más inconsistentes y al mismo tiempo más reveladoras del sesgo ideológico/acción política que desvirtúa todos los conceptos que vierte en cada frase.

Considerar la presunta relación entre el gobierno venezolano y el narcotráfico, sin realizar ninguna alusión a otras relaciones más intrínsecas, complejas y comprobadas entre Estado y narcotráfico en países aliados al secretario general, como Colombia, es escandaloso.


Serie completa:


REFERENCIAS:

(1) "Comunicación Política y el uso de Redes Sociales, el caso de Luis Almagro (en Twitter)". Página 88. https://www.celag.org/wp-content/uploads/2018/11/cuadernos_formacion_2018-1.pdf

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