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Apriete Financiero

Actualizado: 24 dic 2019



Un desconocido con una media sonrisa, una sonrisa bien malévola, observa desde el automóvil. Un dedo o una lengua envueltos en un pañuelo sangrante. Un incendio que parece accidental pero que todos en el cine sabemos que fue provocado por los malos.


El cine de mafiosos ha desarrollado un numerosos mecanismos narrativos para graficar el apriete, la extorsión del poderoso sobre el más débil. Algunos fueron tomados de la realidad, otros fueron meros inventos, pero lo relevante es el mecanismo en sí, que consiste en formular una advertencia, aparentemente sutil pero en realidad explícita, sobre lo inapropiado que sería tomar tal o cual decisión, o seguir por tal o cual camino.


En la Argentina, la reacción de los mercados a las elecciones primarias fue lapidaria: corrida cambiaria y caída abrupta de las acciones de las empresas nacionales. En las horas siguientes, mientras todos los analistas se estaban recuperando todavía del golpe (el gobierno también), las primeras conclusiones oscilaron entre un abandono del sector financiero al macrismo o una desaprobación masiva a la decisión soberana tomada por la ciudadanía argentina.


Sin embargo, hay una tercera reflexión en torno a la reacción del mercado, e incluso a las publicaciones posteriores de las empresas periodísticas voceras de estos grupos especuladores: el apriete.


La corrida no fue tanto una reacción al resultado o una pérdida de confianza como una marcada de cancha prepotente y violenta al que muy posiblemente será el nuevo gobierno argentino. En menos de dos días, toda la maquinaria bestial de fondos de inversión, calificadoras de riesgo y medios de comunicación se activó como una coreografía perfecta para lanzar advertencias sobre la política que va a implementar el futuro gobierno, casi seguramente liderado por Alberto Fernández, ante la sospecha de un cambio de timón (que es lo que pidieron los votantes, por cierto).


Y es que el macrismo garantizó el desarrollo de un juego financiero que generó grandes beneficios en algunos grupos concentrados, en contrapartida del pueblo argentino. Y estos grupos, obviamente, no quieren que termine la fiesta. Al menos no tan rápido.


Los textos “sugestivos”


Según informó Página 12 (link), ese mismo lunes negro los reportes de Bloomberg advertían sobre “un creciente riesgo de default”, situando a la Argentina como más riesgosa que Zambia.


“Los inversores desecharon en masa sus acciones, bonos y monedas, dejando a gran parte de Wall Street preguntándose si el país se dirige a un nuevo default”, continuó la agencia de noticias, que presenta las acciones del mercado como una respuesta al resultado electoral. Es decir, que el viernes la situación argentina era buena, generaba confianza y credibilidad, y que el lunes ya no había más que dudas por el futuro inmediato del país.


“Los bonos argentinos son ahora los títulos de deuda soberana más riesgosos del mundo después de Venezuela tras la victoria aplastante de la oposición en las elecciones primarias”, informó Bloomberg, ya evidenciando la relación peronsimo al poder = desastre inminente. La utilización del adverbio ahora elude cualquier asociación entre las políticas utlizadas por el actual gobierno antes de las elecciones y la realidad económica argentina y el futuro inmediato del país.


Lo cierto es que la situación económica argentina es difícil e imprevisible (tirando para mala) debido a las políticas aplicadas por el gobierno macrista, sobre todo. Además, cualquier analista económico medianamente serio advierte que el futuro inmediato del país es durísimo, debido a la destrucción del aparato productivo, el elevadísimo nivel de deuda con los vencimientos que se avecinan, la caída del consumo, el aumento de la pobreza y la creciente desocupación, entre otros factores que preceden por mucho el ahora utilizado por Bloomberg.


Una línea similar siguió Financial Times cuando asoció el lunes negro con el convencimiento de Wall Street de que Macri “está de salida”.


Entonces, ¿acaso los “mercados” notaron que el futuro es negro después de las elecciones o en realidad están advirtiendo a quien posiblemente sea el nuevo presidente cuáles son las reglas del juego?, ¿a alguien con dos dedos de frente, con un conocimiento mínimo en política, se le ocurriría pensar que en este contexto con el peronismo hay debacle y con el macrismo hay desarrollo?, ¿sería posible imaginar que si sigue Macri la Argentina de pronto va a ser un país estable y previsible... en cuatro años?


La misma Bloomberg despejó cualquier interrogante: los mercados tienen miedo del “regreso de las políticas populistas”.

Ahora sí, ¿queda alguna duda de la amenaza?

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