La discusión sobre quién es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos aporta poco al juego, pero apasiona y corta transversalmente al deporte. No hay disciplina en la que no se discuta si el crack de décadas pasadas es mejor que el crack del momento. Y no hay disciplina en la que no sea una discusión un tanto estéril, una cuestión más bien de egos y preferencias personales.
El hecho de que un deporte sea individual tampoco valida del todo la discusión, pues las épocas son determinantes; no es lo mismo jugar al tenis en los 20, que en el nuevo milenio. ¿Es mejor uno que otro?, cómo saberlo.
Sin embargo, discutir sobre el mejor entre los mejores no deja de ser apasionante, y si bien hay mucho de subjetividad en los argumentos, hay algunas cuestiones que pueden aportar elementos de comparación para enriquecer el debate, en este caso futbolero.
Uno de los principales elementos de análisis fue la cantidad de títulos ganados, una verdadera estupidez, porque el fútbol es un deporte de equipo. Es cierto que los cracks brillaron en el máximo nivel, y por lo general estar en grandes equipos implica ganar títulos, pero el fútbol no deja de ser un deporte colectivo, y por lo tanto el logro de campeonatos es un triunfo de equipo, más que individual. De lo contrario, se diría que Ruggeri es mejor que Maradona (ganó más títulos) o que el Pato Abondanzzieri es mejor que el Pato Fillol.
Otro argumento errado es el de analizar si un jugador es más o menos completo que el otro. Para determinar quién es el mejor, lo importante es cuánto aporta un jugador al juego y no si le pega con las dos piernas o corre más rápido. Trasladándonos al basquet, siguiendo este análisis se podría decir que el Chapu Nocioni es más jugador que Pau Gasol porque tira de tres, penetra, rebotea, puede defender a un externo o un interno y tiene un buen dribbling. Sin embargo no es así, Gasol es una estrella de la NBA y el mejor pivot FIBA de todos los tiempos.
La clave entonces pasa por determinar cuánto influyeron estos cracks en sus equipos. Cuán mejores fueron los equipos en los que jugaron y cuán importante fue su participación en los logros colectivos. Y en ese aspecto, no hubo un jugador como Diego Maradona. Después, si uno hizo goles más lindos, o gambeteó mejor, o saltó más alto, es otra cosa.
¿El mejor ?
Tomando a los jugadores más representativos por momentos históricos, hay una lista de seis que sobresale del resto (a mi juicio, por supuesto). Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, Zidane (quizás el más discutible, otros podrían incluir a Romario o Ronaldo, el brasilero) y Messi, por orden cronológico. Cada uno de estos jugadores marcó una era y logró sostenerse por muchos años como el mejor de su época de una manera más o menos consensuada.
Di Stéfano. Alfredo Di Stéfano brilló como nadie en Real Madrid, donde ganó nada menos que 15 títulos. Es considerado, sin lugar a dudas, el mejor jugador de la historia merengue y tiene un sitial bien ganado en el Olimpo, aunque curiosamente no jugó un Mundial. Di Stéfano fue el mejor jugador del mejor equipo del Siglo XX (al menos en Europa). Es decir, fue el mejor del mejor de su tiempo.
Pelé. Pelé tiene en su haber nada menos que tres títulos mundiales y 23 títulos con Santos (dos Copa Libertadores y dos Intercontinentales). Junto a Maradona, ha protagonizado una batalla de egos símil a las vedettes de Mar del Plata y Carlos Paz. A los 17 años, Pelé formó parte de una selección de lujo, con jugadores como Didí, Vavá, Zagallo, Amarildo y Garrincha (para muchos, ahí nomás de Pelé. El mejor wing de la historia del fútbol), entre otros, que ganó el Mundial de Suecia. En 1962, casi no pudo jugar por una lesión, pero su equipo igual logró la Copa del Mundo con Garrincha como figura estelar. Y en 1970 fue la figura de la mejor selección de todos los tiempos. En Santos, marcó una era y fue la gran figura de un equipo que también fue ubicado entre los mejores de todos los tiempos. Pelé fue, entonces, el mejor del mejor de su tiempo (equipo y selección).
Cruyff. Johan Cruyff es considerado como el mejor futbolista europeo de todos los tiempos. Jugó en Ajax, con el que ganó 15 títulos. Ese equipo de Ajax dominó la escena europea con un equipazo. En selecciones, Cruyff fue el abanderado del Fútbol Total de Rinus Michels, que brilló en el Mundial del 74. Ese equipo holandés, aunque no ganó el título, fue considerado uno de los mejores de todos y revolucionó el fútbol con su dinámica y juego en equipo. Cruyff fue, entonces, el mejor del mejor de su tiempo (equipo y selección).
Zidane. El francés Zinedine Zidane brilló en Jueventus, junto a nenes como Alessandro del Piero, y en el primer Real Madrid galáctico. Con ambos ganó Copas de Europa, Intercontinentales y ligas locales, siendo la máxima estrella. Con la selección de Francia marcó una era, ganando el Mundial y la Eurocopa, y consiguiendo además un subcampeonato mundial. Zidane fue sin dudas el mejor de los mejores conjuntos de su tiempo (equipos y selección).
Messi. Aunque es contemporáneo y joven, Lionel Messi ya está entre los mejores de todos los tiempos. Rompiendo récords y barreras casi a diario, Messi fue la figura excluyente de un Barcelona considerado entre los mejores. Con Barcelona ganó tres Copas de Europa y tres Mundialitos; un total de 23 títulos. Con la selección argentina, fue subcampeón del mundo y medalla de oro olímpico. Messi es el mejor, del mejor equipo.
Maradona. Diego Maradona jugó en Argentinos, Boca, Barcelona y Napoli. En el ocaso de su carrera jugó para Sevilla, Newell's y otra vez en Boca. Aunque brilló en todos los clubes, su época de oro fue en Nápoli, un humilde equipo del sur de Italia, con el que ganó dos Scudettos y dos Copas UEFA, además de ser campeón y subcampeón del mundo con la selección. Maradona fue el mejor jugador de su tiempo, pero nunca formó parte de los mejores equipos. A nivel de selecciones, jugó cinco mundiales y llegó a dos finales. Además, nunca pudo ganar una Copa América. En ese mismo tiempo, Italia también jugó dos finales y Alemania disputó tres. Además, en ese entonces participaban dos de los equipos más talentosos de todos los tiempos: la Francia de Platini y el Brasil de Sócrates y Zico. Pero los laureles se lo llevan los alemanes, no hay dudas. A nivel clubes, Nápoli ganó títulos en la mejor liga de ese entonces, la italiana. Allí jugaba el Milán de Arrigo Sacchi, con los holandeses, y la Juventus de Platini. Nápoli, mucho más humilde que sus rivales, se impuso a ellos. Igual que la selección argentina. Y la diferencia la hizo Maradona.
De todos los jugadores que marcaron una época, Maradona fue el único que no estuvo ni en el mejor equipo, ni en la mejor selección. De hecho, si se enumeran los mejores conjuntos de toda la historia, ni la selección argentina de Bilardo, ni Nápoli, Boca, Argentinos, Sevilla o Newell's ocuparían ese sitial. Por supuesto que la idea no es desmerecer a sus compañeros, pues todos necesitan de grandes equipos para lograr lauros. Tanto la selección como Nápoli contaban con grandes nombres y funcionamientos que permitieron el lucimiento del crack, pero no para considerarse entre los mejores.
Fue tan grande el mérito de Maradona, fue tan influyente su juego y tan determinante, que pudo destacarse en un juego en equipo, logró ser considerado sin discusión el mejor del mundo, ganó títulos y se ubicó en el Olimpo del fútbol, y no necesitó del mejor equipo para conseguirlo. Y, además, ni la selección ni el equipo que mejor representó, Nápoli, pudieron volver a brillar luego de su salida.
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